[Reflexión Vid Juvenil Abril 2016]–“Conozco Tu Fragancia”

Fragancia

Texto Base: Eclesiastés 10:1

“Las moscas muertas hacen heder y corrompen el perfume del perfumista”

Oler bien siempre es parte de toda buena presentación personal. Te hace agradable a las narices de la gente. Perfumes, fragancias y lociones son fundamentales en la higiene humana. Muchas personas asignan de su presupuesto cantidades interesantes de dinero en la compra de esta clase de artículos. Pero, te has preguntado, si el olor de tu relación con Dios es grato o agradable para Él, o todo lo contrario, transpiras más a pecado. Recuerda que no puedes rociar una riquísima fragancia a tu ropa o cuerpo si has sudado más de lo normal, sobre todo si tu olor corporal dice otra cosa. Ese “mix” puede ser muy contraproducente y puedes alejar hasta la persona que más te quiera sobre la faz de esta tierra. No abuses ¡eh!

Lo mismo ocurre cuando quieres cubrir una vida pecaminosa con el “perfume” del Evangelio. No te queda nada bien.

Dios tiene un olfato muy agudo para detectar si hueles a santidad o no. Por ejemplo:

  • Denunció que la ofrenda de Caín era superficial y pobre (Génesis 4:3-5)
  • Desaprobó el podrido pecado de adulterio –asesinato de David con Betsabé (2 Samuel 11:2)
  • Condenó sin titubear el engaño de Ananías y Safira al mentir sobre el precio de la propiedad vendida (Hechos 5:1-11).

Sin embargo, fue grato a su olfato las acciones como:

  • José frente a la provocación sexual de la esposa de Potifar, el cual no cedió y huyó (Génesis 39).
  • Daniel y su abstinencia de probar la comida profana de Babilonia (Daniel 1:8).
  • Esteban y su fidelidad hasta la muerte frente a la persecución religiosa (Hechos 7: 54-60).

Grato PerfumeAsí como te preocupas tanto en tu aseo físico y presentación personal, procura mostrarte delante de Dios con un olor de aprobación, irreprensible; preparado para toda buena obra.

Te invitamos a que te esfuerces al máximo a limpiar tu corazón a través de la obra del Espíritu Santo. Dile que quite de ti todo trapo de inmundicia, que traiga a memoria todas tus faltas y una vez hecho esto, pide perdón. Recuerda que sin santidad nadie verá al Señor.

Preguntas a Reflexionar:

1. ¿Desde cuándo no confiesas tus pecados a Dios?

2. ¿Te roba la paz alguna acción que hiciste donde tú fuiste el victimario?

3. ¿Padeces de insomnio?

¿NO SERÁ QUE DIOS QUIERE QUE LE BUSQUES Y TE ACERQUES MÁS A SU PRESENCIA Y JUNTOS RESUELVAN LA SITUACIÓN QUE TE APREMIA?